viernes, 25 de julio de 2014

El efecto lunes y el efecto viernes

Ningún momento de la semana desmotiva más que un domingo por la tarde o un lunes por la mañana. El domingo en la mañana nos levantamos felices y con energía, pero a medida que transcurre el día vamos pensando en la inevitable realidad: al día siguiente comenzará nuevamente la rutina y tendremos que volver a encargarnos de las preocupaciones y los problemas que pusimos en “Stand-by” el viernes en la tarde. Esto es lo que nosotros llamamos el efecto lunes, ese periodo de tiempo en la tarde del domingo y las primeras horas del lunes en las que nuestra mente no nos deja tranquilos pensando en todas las cosas aburridas, rutinarias y molestas que tendremos que enfrentar durante la semana que empieza.

Por el contrario, existe otro fenómeno que afecta nuestra mente y que generalmente empieza a presentarse los viernes en la tarde. Se trata de ese periodo de tiempo, habitualmente después del almuerzo, en que no somos capaces de seguir trabajando, que estamos pensando en lo que haremos el fin de semana y que en nuestro computador no está la hoja de Excel o el software de diseño sino el reproductor de música. Ese momento en el que dejamos a un lado todas las preocupaciones y empezamos a visualizarnos haciendo todo lo que habíamos esperado durante una larga semana: La fiesta de cumpleaños, la montada en moto en las afueras de la ciudad, el momento para terminarse de leer el libro que te tiene enganchado o el momento para salir a comer con tu familia. A este fenómeno que afecta nuestra mente lo llamaremos el efecto viernes.


¿Cuál es el secreto para afrontar las mañanas de los lunes con energía y dormirnos los domingos motivados? Sencillo, aplicar el efecto viernes los domingos en la tarde.

El secreto está en reservar la primera hora de los lunes para hacer lo que más nos gusta. No importa si los lunes en la mañana haces ejercicio o si debes estudiar para tus exámenes en la universidad. Estas actividades las puedes dejar para otro momento del día o adelantarlas el sábado o el domingo, la primera hora de los lunes debe estar, por encima de cualquier cosa, destinada a hacer la actividad que más nos gusta.

Como todo lo que leerás en este sitio web, esta técnica es de aplicabilidad inmediata y aunque suene sencilla es bastante poderosa.

A continuación te presento algunos ejemplos de actividades que hacen algunos amigos de la nueva generación:

Un amigo reserva los lunes de 6 a 7 a.m para tocar saxofón en el garaje de su casa.
Un amigo periodista y blogger deportivo de la ciudad de Bogotá lee cómics los lunes en la mañana mientras desayuna, para luego ponerse a escribir su columna semanal en un periódico nacional.
Un amigo y su familia se despiertan media hora más temprano de lo habitual los lunes para desayunar juntos, ya que el resto de la semana tienen diferentes horarios de trabajo y estudio que no les permiten compartir tiempo juntos.
No importa si se trata de leer cómics, jugar videojuegos, leer novelas de ficción o salir a montar en bicicleta. Todo lo que te apasione servirá para empezar la semana motivado y de una vez por todas eliminar el molesto “efecto lunes”.

Inténtalo por dos o tres semanas sin falta y empezarás a notar cómo los domingos en la noche tu nivel de desespero empezará a disminuir y cómo el lunes en la mañana empezarás la semana mucho más tranquilo y motivado.

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