jueves, 1 de febrero de 2018

7 tendencias que los marketeros deberán "tatuarse" en el pensamiento en 2018

2018 ya está aquí y las marcas están obligadas a meterse en fogones para “cocinar” sus estrategias de cara al año que viene.
El año nuevo será “movidito” en clave marketera y estará inevitablemente marcado por una revolución tecnológica que pisará cada vez más el acelerador (hasta casi quemarlo) y por un clima político incierto en el que Trump y compañía llenarán de zozobra tanto a marcas y a consumidores.

Si las marcas desean conectar adecuadamente (sin cortocircuitos de por medio) con el consumidor en 2018, deberán posar la mirada en las tendencias (100% imprescindibles) que disecciona a continuación la consultora Landor:
1. Las marcas deberán posicionarse
En la nueva era Trump las marcas no podrán permitirse el lujo de mirar hacia otro lado y deberán “mojarse”. Apple y Budweiser ya la hicieron en su día al otro lado del charco con la controvertida política migratoria del presidente de Estados Unidos. Las marcas deberán hacer públicas sus posturas sobre temas inevitablemente controvertidos para dejar claro a sus clientes y también a sus empleados dónde están (ideológicamente hablando).
2. El comercio deberá reinventarse
Ante el imparable avance del e-commerce le comercio tradicional deberá dar una vuelta de tuerca a sus estrategias con asociaciones (de carácter insólito) y también con modelos de suscripción. En Estados Unido Walmart ha sellado recientemente, por ejemplo, una alianza con Lord & Taylor para vender productos seleccionados a través de la tienda online del retailer de lujo. Por su parte, la firma de ropa Gap ofrece a sus clientes suscripciones mediante las cuales envía trimestralmente a sus suscriptores determinados “outfits” (para niños por ejemplo).
3. La inteligencia artificial se hará ubicua
Los chatbots serán muy pronto el pan de cada día en la relación entre empresas y clientes. En la cadena de electrónica de consumo Best Buy Alexa (el asistente de voz de Amazon) responde en el punto de venta a preguntas muy concretas de los clientes. Y algunos alojamientos como el Hotel Wynn de Las Vegas brindan a sus clientes la posibilidad de controlar la temperatura y la electricidad a través del altavoz inteligente Amazon Echo.
4. Blockchain estará hasta en la sopa
Blockchain parece a priori una tecnología bastante abstracta, pero lo cierto es que tiene múltiples aplicaciones. Las marcas pueden, por ejemplo, echar mano de Blockchain para cerrar el paso a fallos humanos y asegurarse de que todos sus clientes se benefician de las mismas ventajas y los mismos servicios. Cuando una marca ofrece a sus clientes un descuento, dicho descuento puede codificarse en Blockchain para que la rebaja llegue a ojos de todos los clientes autorizados a beneficiarse de ella (aunque al empleado de turno no se le haya ocurrido en un principio presentársela).
5. La legalización del cannabis
Con la legalización de la marihuana se convierte en legal un mercado que moverá en el futuro miles de millones de dólares. Y muchas marcas no titubearán a la hora de hincarle el diente. La empresa de bebidas alcohólicas Constellation Brands (detrás de la cual está la marca cervecera Corona) tiene, por ejemplo, una participación mayoritaria en la compañía especializada en cannabis Canopy Growth Corporation. Por su parte, IBM ha mostrado recientemente la utilidad de la tecnología Blockchain a la hora de distribuir la marihuana.
6. Los viajes individualizados (y absolutamente únicos)
Airbnb ha dejado inevitablemente “tocada” a la industria turística, una industria que está reaccionando a los embistes de la célebre startup estadounidense con ofertas individualizadas y hoteles pop-up. Empresas como Collective Retreats y Blink ofrecen, por ejemplo, a sus clientes lujosos alojamientos en lugares como parques nacionales y festivales de música.
7. Las empresas deberán poner el foco en sus empleados (y “mimarles”)
Para cada vez más consumidores es de suma importancia la manera en que las marcas tratan a sus empleados. Razón de más, por lo tanto, para que las empresas se tomen la molestia de lisonjear con todo tipo de ventajas a sus trabajadores (y que estos se conviertan en último término en “brand ambassadors”).

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